martes, 13 de enero de 2015
sábado, 1 de enero de 2011
Declaración

Mataría cien veces a Daddy Yankee, Wisin y Yandel, Don Omar, Justin Bieber, Los Jonas, Shakira, La Spears, Adamo, y un largo etc. porque una sola madre en el mundo pudiera parir a alguna criatura con la mitad de talento de Joplin, Hendrix, Lennon, Mercury, Spinetta, García, Nebbia, Gardel, Regina, Jobim y un corto etc. Gracias por haber hecho tanto.

sábado, 28 de noviembre de 2009
¡LLEGAN LOS MARCIANOS!

¿No es curioso? Resulta hasta verosímil, porque si existiese otra civilización allá afuera pues, este equívoco no sería del todo imposible.
Aunque a veces...
sábado, 12 de septiembre de 2009
FRAGMENTOS DE UNA OBRA HERMOSA
(1)
El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor... domestícame -le dijo.
-Bien quisiera -le respondió el principito- pero no tengo mucho tiempo. He de buscar amigos y conocer muchas cosas.
-Sólo se conocen bien las cosas que se domestican -dijo el zorro-. Los hombres ya no tienen tiempo de conocer nada. Lo compran todo hecho en las tiendas. Y como no hay tiendas donde vendan amigos, los hombres no tienen ya amigos. ¡Si quieres un amigo, domestícame!
-¿Qué debo hacer? -preguntó el principito.
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...
(2)
"Si este perno me resiste un poco más, lo haré saltar de un martillazo". El principito interrumpió de nuevo mis pensamientos:
-¿Tú crees que las flores…?
-¡No!, !No! ¡Yo no creo nada! Te contesté cualquier cosa para que te calles. Tengo que ocuparme de cosas serias.
Me miró estupefacto.
-¡De cosas serias!
Me miraba con mi martillo en la mano, los dedos llenos de grasa e inclinado sobre algo que le parecía muy feo.
-¡Hablas como las personas grandes!
Me avergonzó un poco. Pero él, implacable, añadió:
-¡Lo confundes todo!…!todo lo mezclas!…
Estaba verdaderamente irritado; sacudía la cabeza, agitando al viento sus cabellos dorados.
-Conozco un planeta donde vive un señor muy colorado, que nunca ha olido una flor, ni ha mirado una estrella y que jamás ha querido a nadie. En toda su vida no ha hecho más que sumas y restas. Y todo el día se lo pasa repitiendo como tú: "¡Soy un hombre serio, soy un hombre serio!"… Al parecer esto le llena de orgullo. Pero no es un hombre, ¡es un hongo!
-¿Un qué?
-¡Un hongo!
El principito estaba pálido de cólera.
-Hace millones de años que las flores tiene espinas y hace también millones de años que los corderos, a pesar de las espinas, se comen las flores. ¿Es que no es cosa seria averiguar por qué las flores pierden el tiempo fabricando unas espinas que no les sirven para nada? ¿Es que no es importante la guerra de los corderos y las flores? ¿No es esto más serio e importante que las sumas de un señor gordo y colorado? Y si yo sé de una flor única en el mundo y que no existe en ninguna parte más que en mi planeta; si yo sé que un buen día un corderillo puede aniquilarla sin darse cuenta de ello, ¿es que esto no es importante?
El principito enrojeció y después continuó:
-Si alguien ama a una flor de la que sólo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Puede decir satisfecho: "Mi flor está allí, en alguna parte…" ¡Pero si el cordero se la come, para él es como si de pronto todas las estrellas se apagaran! ¿Y esto no es importante?
No pudo decir más y estalló bruscamente en sollozos. La noche había caído. Yo había soltado las herramientas y ya no importaban nada el martillo, el perno, la sed y la muerte.
¡Había en una estrella, en un planeta, el mío, la Tierra, un principito a quien consolar!
Lo tomé en mis brazos y lo mecí diciéndole: "la flor que tú quieres no corre peligro… te dibujaré un bozal para tu cordero y una armadura para la flor…te…".
No sabía qué decirle, cómo consolarle y hacer que tuviera nuevamente confianza en mí; me sentía torpe. ¡Es tan misterioso el país de las lágrimas!
Antoine de Saint-Exùpery
El Principito
domingo, 6 de septiembre de 2009
CHEGA DE SAUDADE
Es un hermoso tema. La letra simplemente me deja sin palabras, estimado lector. Y si ahora no le hallas sentido, alguna vez lo harás.
El artista es Joao Gilberto y canta el tema acompañado por su hija Bebel.
Chega de Saudade
(Antonio Carlos Jobim / Vinicius de Moraes)
Cantan Joao Gilberto y Bebel Gilberto
Vai, minha tristeza
Anda mi tristeza
E diz a ela que sem ela não pode ser
Y dile a ella que sin ella no puede ser
Diz lhe numa prece que ela regresse
Dile en una prece (oración) que ella regrese
Porque eu não posso mais sofrer
Porque yo no puedo sufrir más
Chega de saudade, a realidade
Basta de saudade ("nostalgia"), la realidad
É que sem ela não há paz, não há beleza
Es que sin ella no hay paz, no hay belleza
É só tristeza, e a melancolia
Es sólo tristeza, y la melancolía
Que não sai de mim, não sai de mim, não sai
Que no sale de mí, no sale de mí, no sale
Mas se ela voltar, se ela voltar
Pero si ella vuelve, si ella vuelve
Que coisa linda, que coisa louca
Que cosa linda, que cosa loca
Pois há menos peixinhos à nadar no mar
Pues habrá menos pecesitos nadando en el mar
Do que os beijinhos que eu darei na sua boca
Que los besitos que te daré en tu boca
Dentro dos meus braços os abraços
Dentro de mis brazos los abrazos
Hão de ser milhões de abraços apertado assim
Han de ser millones de abrazos apretado así
Colado assim, calado assim
pegado así, callado así
Abraços e beijinhos e carinhos sem ter fim
Abrazos y besitos y cariños sin fin
Que é pra acabar com esse negócio
Que es para acabar con ese negocio
De viver longe de mim
de vivir lejos de mí
Não quero mais esse negócio
No quiero más ese negocio
De você viver assim
tuyo de vivir así
Vamos deixar desse negócio
Vamos a dejar ese negocio
De você viver sem mim
Tuyo de vivir sin mí
lunes, 3 de agosto de 2009
El rey

Casi siempre la casa es un matriarcado. Genocráticamente, las disposiciones avanzan, se dan, no esperan. Pero hoy mi padre tomó el cetro y fue el rey. Tal vez si tuviera una barba larga y blanca o una capa roja como la sangre, y esta no fuera una casa sino el palacio más grande del mundo mi padre sería un rey medieval.
Nunca lo he llamado Carlos. Ni siquiera papá. Recuerdo que de niño le decía papi, pero ya no. Una vez, creo que a los doce u once años lo llamé “papá” y me sentí rarísimo. Entonces me di cuenta que él solo era pa’. Ya tiene sesenta años. Exhibe una sonrisa con algunos dientes propios y otros modernos, algunos marcos de metal y mucho cariño. No camina bien porque la polio se le incrustó en una pierna de joven y su paciencia es grande para todo. Su voz es grave y afable, habla como para que se queden con él. Nunca te corta.
Te aprecia. Te estima. Te desea lo mejor.
Abajo hubo fiesta. Se escucharon hurras. Se bailó con ganas. Se gritó, se rió, se jodió. Se coreó cantos de todo tipo.
Perdón por no haber estado contigo, pa’. Lamento no haber compartido tu alegría. Ocurre simplemente que hoy la vida no me sonríe como para poder disfrutarla a tu lado. Para otra vez será.